panoramica

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viernes, 3 de agosto de 2012

SOY PINTOR... DE BROCHA GORDA

Después de un tiempo desaparecido vuelvo a la carga con mi última "aventura". El verano pasado os contaba aquello de "quien me mandaría meterme en obras", pués bien, no debí escarmentar porque este año decidí pintar la habitación de mi hijo. Aprovechando que está de vacaciones en la playa con los abuelos (como pasa en todas las familias), en un acto de valentía y ante las apreturas económicas que nos acucian, en lugar de llamar a un profesional me armé de valor y me lancé al maravilloso mundo del arte de la decoración de paneles verticales y horizontales de interiores de viviendas.

La cosa se puso complicada desde el primer momento, te acercas a una hiper-tienda de bricolaje de esas que todos conocemos (no digo Leroy Merlin porque no me pagan por hacerles publicidad ya sabéis), y te plantas en el departamento de pinturas ahí la cosa se pone fea cuando vas con la idea de elejir unos colores rápidamente y al llegar ves que hay mil setecientas variantes de azul, verde, rojo, morado y así sucesivamente con cualquier color que te puedas imaginar. Después de 2 horas en la jodia tienda al final llevaba en el carro dos latas azules, pero no un azul cualquiera azul mediterráneo y otro cálido o no se como coño se llamaba, más otra lata de blanco "techo" que por lo visto el blanco también tiene variedades... lo que hay que ver. A eso se añadímos cinta de carrocero, papel, plásticos para el suelo, rodillos, aguaplast para reparar los posibles desconchones de las paredes, taco de lija, y una cenefa adhesiva de "cars" a petición innegociable del inquilino de la habitación, total unos 150 € que ya te hacen pensar que la cosa no pinta bien... nunca mejor dicho.

Como uno por suerte tiene trabajo (en estos tiempos es lo que toca), entre que salgo y llego a casa me dan las 7 de la tarde, con lo cual el horario de luz natural disponible para estas lides es reducido, así que el primer día llegué y me puse a quitar la cenefa que tenía la habitación de la misma forma que el vídeo que os muestro, ya veréis que facil es, lo digo por si se os ocurre hacerlo a vosotros yo todo lo que sea ayudar por mi que no quede....


Esto que habéis visto es .... una puta mierda, y mentira de las gordas, resumiendo, casi me cargo la plancha de los pegotes de plástico que se quedan agarraos y la pared tenía más agujeros que si hubiera pasado por ellas un tipo con un martillo y parkinson en las manos.

Después del primer día de tragédia y desesperación procedí a la operación aguaplast, pillé la espátula y el bote (industrial pille, algo me debí imaginar yo), y 3 horas después las paredes tenían más rodales de parches que pintura en ellas, tras ello al día siguiente tocó, lo que he decidido llamar operación lija, cerré la puerta abrí la ventana y me lié a lijar, empecé con fuerza y vigor pero poco a poco parecí un mal ciclista subiendo el Turmalet, la cosa terminó con una nube blanca flotando en el interior de la habitación y saliendo por la ventana que parecía Londres (aprovechando el tirón olimpico), cuando mi mujer abrió la puerta con la corriente de aire "fresco" que entró, lo que no estaba sobre mi salió por la ventana como alma que lleva el diablo, yo era el vivo retrato de Casper, el fantasmilla ese de los dibujos, las gafas las tuve que limpiar con cortafrios no digo más.

Ya había pasado lo peor, o eso creía yo, ahora solo faltaba pintar... agarré los rodillos, las latas y la escalera y me lancé a ello. Parece mentira para una habitación de unos 10 m² que andando la haces en dos pasos, la de veces que pude subir y bajar la escalera para pintar el puñetero techo... con las consiguientes agujetas posteriores, en las piernas de la escalera y en el brazo del rodillo. Al segundo día de pintura tocaba la parte alta de la habitación con uno de los azules... el claro, así nos entendemos mejor. Pués bien parecía un anciano de 90 años, daba pena verne subir la escalera y darle al rodillo, la velocidad no se si se podría medir en milímetros por hora. Lo siguiente fue la parte baja, ahí la cosa mejoró algo... ya no había escalera, y por último colocar la cenefa de "cars".

Conclusión, he pasado 20 días encerrado en la habitación de mi hijo, con unas agujetas de cagarse, lleno de mierda hasta las orejas y todo por no pagar un pintor que lo habría solucionado en un día, eso si, me ha quedao niquelao.

Salu2.