panoramica

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jueves, 16 de junio de 2011

Conducir en Madrid.

Hoy quiero compartir la maravillosa y gratificante experiencia que resulta cada día conducir por la Capital del Reino. Para empezar yo creo que la persona humana que consiga aprobar el carné en Madrid debería tenerlo convalidado casi hasta para llevar naves de la NASA, el grado de dificultad de la conducción es tal, que salir ileso de cualquier altercado resulta casi milagroso.

Como gran urbe que es Madrid, te levantas por la mañana y cuando sales de casa a la que te acercas al coche te va entrando el demonio (en mi caso de Tasmania como se puede apreciar en mi perfil) para afrontar la aventura de llegar al currelo. Es meter la llave en el contacto y ya se activa el sistema “mala leche”, como es habitual pillas atasco… Madrid sin atascos es como un jardín sin flores. Como ya llevas el cabreo de serie pues cuando llegas al meollo lo único que se activa son extras del sistema “mala leche”, como por ejemplo el sistema de claxon, bocina o pito rápido, este sistema se comprueba que funciona en el primer semáforo cuando al segundo de encenderse la puta luz verde se empiezan a escuchar unas sinfonías armoniosas, que ya quisiera la Filarmónica de Viena… que por otra parte, si va dirigida a ti que eres el que estas el primero te sientes con más presión que Fernando Alonso en la salida de Mónaco.

También se activa el extra insulto al conductor que te haga la pirula, este sistema es válido a su vez para devolver el insulto al que tu le hagas la faena (por aquello de donde las dan las toman). Al igual que la bocina, este también precisa de rapidez a la vez que coordinación, pero esto solo se consigue con el paso de los años. Cuando veas a alguien que al mismo tiempo consigue un bocinazo compaginado con un hijoputa, puedes decir, este/a es de Madrid y experto. No es por presumir, pero esta habilidad la tengo adquirida ya de hace años, que tengo más horas de pilotaje por la ciudad que tiros dan en Rambo, puedo llegar a unificar en un solo gesto, rápido cual guepardo de la sabana un bocinazo en condiciones, al tiempo que suelto un mecagoentuputamadrecabrón, mientras le indico con el dedo corazón hacia arriba que puede sentarse sobre el… A estos extremos solamente llegamos los maestros.

No todo es malo, también se consiguen cosas positivas que otras personas  no lograrán hasta que se doctoren en el Foro. Por ejemplo, nosotros no nos cabreamos por estar en un atasco cuando nos vamos o volvemos de vacaciones como le pasa a cualquier paisano sin doctorar, lo que pasa es que asociamos que estamos en casa y se nos activa el sistema mala leche.

También es positiva la agilidad volantil que adquirimos, y que por otra parte nos diferencia del resto de mortales, somos capaces de cruzarnos seis carriles de la M30, sin dar un intermitente, entrando por huecos impensables para cualquiera, menos para un madrileño, al tiempo que vas soltando lindezas tipo… para hijoputa y no aceleres que me tengo que meter. Si la misma acción la intenta ejecutar un foráneo, que no forero (del foro), está garantizado que antes de pasar al segundo carril se ha llevado varios ¿dónde vas hijoputa? ¿no ves que no cabes? rematados por un vete a tu pueblo jodeeeeeer, eso si no acaba dando vueltas cual peonza a pesar de haber puesto hasta los intermitentes.

No os aburro más que me he enterado que en la NASA necesitan conductor para el Challenger, voy a llevar el currito vitae reseñando que soy conductor de Madrid y que soy full equipe, lo hago porque dicen que pagan bien, pero tengo que preguntarles si tiene ventanillas el bicho ese para poder sacar el dedo corazón mirando al cielo, no vaya a ser que el seguro no cubra los daños que me haga al darme con el cristal.

Salu2.

martes, 7 de junio de 2011

La edad del pavo.

Se dice de la locución sustantiva referida al proceso que sufre la “persona humana” en la adolescencia, se caracteriza especialmente por los cambios de carácter y comportamientos que conllevan un estado de absurdez de lo más surrealista.  Se puede precisar más diciendo que se da entre los 15 y 17 años (en algunos casos es extensible tanto a la baja, menos de 15 años, como al alza, más de17… se rumorea que se han encontrado casos de hasta 40 años), en este período se produce un desajuste hormonal que altera y revoluciona el organismo de los jóvenes, lo cual les lleva a hacer  más tonterías de las que son habituales. Según entendidos en las chicas este proceso dura menos, pero creo que se vive más intensamente y a los padres les sale bastante más cara la “tontería”.

Te empiezas a dar cuenta de que entras en ese proceso de cambio cuando te levantas un día y de repente te miras en el espejo y ¿que ves?... tienes el careto lleno de unos granos con unas puntas de pus a lo Torrente que acojonan tela. Entonces te empieza a mirar todo Dios (al menos es la sensación que te da, aunque con ese careto quien cojones te va a mirar, si tienes cara que se parece a la luna llena de cráteres y montículos), que haces para que no se vean los granos, pues apretarlos hasta que se revientan y acaban en el espejo… lo que piensas que iba a ser la solución, acaba siendo un careto aún peor que el que tenías en un principio. Al mismo tiempo se te empieza a producir un cambio en la voz, estás entre Papa Pitufo y Constantino Romero, con unos gallos intercalados que ni ensayando te saldrán jamás, y si te salen gallos porque coño se llama edad del pavo, no sería más propio ¿edad del pollo?, habrá que preguntárselo a Iker Jiménez y que  haga un estudio profundo.

La cosa empeora cuando empiezas a salir con tus amigos, pasas horas en el baño arreglándote (a pesar de no tener mucha solución la cosa), todo ello con el fin de ver si engañas a alguna chavalita (que tiene que ser engaño mutuo porque los dos pavos están en la misma situación). Estas entradas al baño, unidas a las que haces con más frecuencia que si tuvieras diarrea, a tus padres les empieza a mosquear… al principio llaman a la puerta y te dicen ¿te pasa algo? ¿Estás malo?, y tu ahí con el asunto entre manos y tienes que pensarte la respuesta, porque lo único que tienes en mente es… pasar no pasa nada pero va a pasar y malo me estoy poniendo, así que no me cortes el tema. En lugar de eso te jodes, paras y dices no me pasa nada mamá solo que algo no me ha debido sentar bien… esperas unos segundos y cuando sientes que se ha ido, vuelves a la cuestión.

La siguiente fase es el triunfo absoluto de un adolescente, tener novia (cuando pasa el tiempo te das cuenta que es una tontería más de las muchas que pasan en esa época pavil), ahí llegan las laaaaaaaaargas conversaciones profundas de tortolitos, te quiero, yo a ti más… no yo más, que no tonto que yo más, y así puedes pasar una hora, la siguiente hora la pasas con, venga que mi madre está aquí esperando mañana hablamos en el insti (esto ahora, para ser más modernos y no decir las mismas cosas que los padres decían, ha sido sustituido por el “tuto”), para terminar con la famosa frase de cuelga tu, no… tu primero, que no que cuelgues tu… venga los dos a la vez, a la de tres… unooooo, doooooos y treees… no has colgado… ni tu tampoco, hasta que a tu madre o a tu padre se le hinchaba la vena y te decía como no cuelgues no sales, y ya por fin dos horas y media después colgabas. Ahora como las cosas cambian, se mandan infinitos SMS (facturón al canto), se twittean, escriben en los muros del facebook (caralibro, cosa más tonta por favor) y como no por el mesenger… esto comparado con lo nuestro ya es empalagoso y todo.

En definitiva, querid@s amig@s que ya habéis pasado por ello, tanto en primera, como en segunda persona, os pido que me deseéis buena suerte para salir de este bucle pavil tanto en primera (que creo que aún ando en ella), como en segunda persona para cuando mi hijo pase por el tema.

Salu2.